martes, 2 de septiembre de 2014

Humo

Mi cabeza hila fragmentos de lo que podrían ser hermosos relatos, y no consigue avanzar más de párrafo y medio, pues son tantas cosas en tan poco tiempo, que ni siquiera es capaz de procesar lo que piensa en este instante.
En este instante... ahora ella lo inunda todo. No como un rio desbordado, ni como una terrible tormenta, simplemente llena el ambiente como el humo de un cigarro.  Lo inunda todo y lo vuelve borroso. 
En la neblina de papel y  hojas quemadas unos ojos oscuros me miran. Si bien no sé por qué ni con qué intención me miran, lo hacen tan fijamente que el motivo es lo último en lo que pensar.  Lo único que importa es tenerla cerca, sentirla, no perderla, ver que es de verdad, que no es una mentira de mis sentimientos maltratados. Y si fuese una mentira, sería la más perfecta de todas las que pudiese recordar.  Su aroma se queda en todas partes, va impregnándolo todo con su presencia y deja cada visita marcada en mi. Eso me recuerda que no es un sueño del que se pueda despertar con un poco de dolor.  

Quiero narrar lo que me pasa por la cabeza, pero solo da para pequeños fragmentos, de momento. Aun es pronto, las ideas se arremolinan y se desviven por salir; hay tiempo, hay momentos. Y esto no ha hecho más que empezar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario