miércoles, 18 de enero de 2012

Noches en NY




5 de la tarde, está nevando, camino sola por fifth avenue, es 28 de diciembre, aqui no se hacen bromas como en España, solo tengo que tener cuidado con la gente, hay demasiada, deambulo entre la gente, miro entre la gente, observandola, parece que busco a alguien, pero no se a quien, solo observo. Hay tanta gente como el dia antes de navidad. Las personas entran y salen de las tiendas mas caras de la ciudad, los escaparates siguen brillando con sus enormes luces y sus hermosos decorados. Aqui la Navidad acaba el 31, eso me gusta, menos fiestas, menos luces, menos adornos, menos motivos para recordar. Hay quien me mira raro, no es normal ver a una chica con mis pintas por aqui. Entro por un callejón y me pierdo entre estrechas calles llenas de suciedad y gente no demasiado de fiar.
Al llegar a una pequeña puerta de madera con un cartel desgastado sobre ella, me paro y entro. Me sacudo la nieve que caia de mi gabardina, y me la quito, dejando ver un corset con una chaqueta y una falda hasta los pies. El camarero reconoce mi pelo rojo, y me saluda con un movimiento de cabeza. Respondiendo del mismo modo, me siento en la mesa de siempre, pido lo corriente y espero a que llegue el primero. Muchos son los que quieren que les lea el futuro, otros que les ayude con un sortilegio, y algunos, estos menos, que les haga olvidar un amor doloroso.
En menor medida son mis amantes, no penseis ni mucho menos que soy una cualquiera. Simplemente me gusta disfrutar de lo que tengo, y lo que tengo no es poco, por ello hay quien me envidia, quien me odia o me desprecia. Pero ya seguire contando eso en otra ocasion, acaba de llegar la primera chica, un alma en pena llorando la perdida de un chico amado. Esto es algo mas interensate de lo común.